La siembra de muerte y dolor
hará crecer flores de paz.
Este trabajo intenta resaltar el drama humano que diariamente se vive
en Medio Oriente. Lugar elegido como centro de la Fe, asentamiento de
baluartes y símbolos que a lo largo de los siglos cobija lugares
santos de toda santidad. Para el pueblo Judío, el Cristianismo
y los Musulmanes todo sucede y sucedió en pocos kilómetros
cuadrados: miles de peregrinos de distinta religión acuden a rendir
tributo a sus lugares sagrados. Todo pasa en Jerusalén.
Algunas historias de vida:
Detrás de las historias que leemos en los diarios
salen a la luz las más variadas virtudes y bajezas humanas. Como
ejemplo, vale la pena detenerse en un recuadro que apareció en el
diario Clarín en el contexto de la cobertura sobre le viaje a Washington
que realizó el primer ministro israelí ARIEL SHARON para entrevistarse
con el presidente norteamericano George Bush. (*1).
En el artículo se puede ver la foto de una joven palestina, AMANA
JAWAD MONA, con sus manos esposadas y alzadas frente a su cara sonriente.
El epígrafe dice: “¡Estoy orgullosa de mí misma!”,
gritó al ingresar a una corte marcial israelí. La joven
admitió que sedujo a un adolescente israelí por Internet
y terminó asesinándolo.
El nombre del joven asesinado es OFIR RAHUM. Y los detalles del episodio
son horrorosos: "Ofir acudió a la cita con AMANA y al llegar
le dispararon. Lo hirieron y, aún así, se resistió
a ser secuestrado. Finalmente lo mataron. Ella declaró que ideó
el plan para conseguir llamar la atención sobre las matanzas cometidas
por el ejercito israelí.
La crónica es fría y con componentes inéditos: la
intervención de los vínculos a través de Internet,
la conquista y seducción con la clara intención del engaño,
el hacer de esto una supuesta herramienta de propaganda política
y de reivindicación. ¿Por qué OFIR fue a la cita?
Era en lugar peligroso con una mujer palestina. No la conocía y
a pesar de eso y contra todo, él decidió jugarse en busca
de una posibilidad de encontrar ¿qué?, sexo, amor, ...Amor.
Es preferible creer que ese fue el argumento porque si fuera solamente
por sexo era muy alto el precio a pagar. En el contexto de enfrentamiento
y sangre no debe ser fácil entablar relación con “el
enemigo”, pero ¿en el trato cotidiano será tan enemigo
el palestino para el israelí y viceversa?.
Hay hombres y mujeres de ambos lados. Aunque estos lados no tienen una
frontera visible. Muchas veces son virtuales. Qué pasa cuando la
atracción se despierta. Si nos tenemos que guiar por éste
caso, las diferencias se dejan de lado. Tal vez, el componente épico
de tener que cruzar el juicio de los seres más cercanos, los controles
de las fuerzas militares, la historia de muertes a mano de la violencia
y la intolerancia, lo clandestino, y por sobre todo, luchar contra el
imposible que significa poder vivir ese Amor plenamente le agrega valor
al sentimiento de vida sobre la muerte. Es preferible creer que OFIR eligió
ese camino. Y AMANA, el camino del mandato impuesto por la escalada de
violencia. Pero.... ¿por qué hacerlo dentro de un contexto
de seducción y promesas?. Suena muy elaborado, es una operación
artesanal para conseguir un magro resultado político. Tal es así,
que la noticia no fue el eje principal de la nota, sino que sirvió
de marco a la política de comunicación que justificó
el fracaso de las conversaciones de Paz. Es un hecho violento que socava
la confianza y abona los fundamentos de quienes del lado Israelí
dicen que no existe posibilidad de Paz con los palestinos. Pero tiene,
a su vez, un mensaje perverso que afecta principalmente a quienes de un
lado y otro se esfuerzan en ir contra la corriente, en busca de la Paz
entre los Pueblos.
Por otro lado, ¿Quién es AMANA? ¿Cual será su
historia?, ¿Qué terrible drama habrán visto sus ojos?,
¿cual será el sentimiento de quién sabe que lo cotidiano
es inalcanzable?. El hecho de enfrentar la brutal y fría maquinaria
de la guerra en un conflicto asimétrico, el atropello indiscriminado,
la invasión a la intimidad inexistente. Ella también es víctima
porque, seguramente, alguien se frotó las manos al leer la noticia.
Alguien que, detrás de la bandera de reivindicación del Pueblo
Palestino, vio alejarse el peligro que significa una convivencia pacífica
que dejaría al descubierto la incapacidad de los Señores de
la Guerra en un contexto de Paz. De uno y otro lado, hay dirigentes que
no sabrían cual sería su protagonismo sin la guerra.
La historia que sigue también es emotiva. Tal vez como una versión
moderna de Romeo y Julieta, con la diferencia que Montescos y Capuletos
son, en este caso, "Ejércitos y Multitudes". Y el final,
claro, guarda poca relación con la épica muerte de los amados.
La trágica historia de amor entre una
israelí y un palestino. (*2)
Hanit es israelí y tiene apenas 20 años. En Tel Aviv, se
enamoró de Muhamad, un muchacho palestino de 23 años que
trabajaba clandestinamente en un bar perdido de Israel. Hanit conoció
a Muhamad en la barra del bar donde él servía los tragos.
Allí comenzó la atracción. Luego de la Facultad,
camino a su casa, Hanit pasaba día por medido a tomar una copa
sentada en la barra del bar que atendía Muhamad. Así se
conocieron, así se enamoraron.
Al avanzar la relación, y ante las medidas de seguridad tomadas
por el ejercito israelí, como respuesta a la Intifada y a los sucesivos
atentados suicidas, Muhamad tuvo que esconderse. Y lo hizo en la casa
de Hanit. Al ver que su hija estaba enamorada, los padres de Hanit accedieron
a tomar el riesgo de protegerlo en su casa. Tal vez, el trato cotidiano
hizo que hasta los padres de Hanit compartieran el cariño por Muhamad,
que con el transcurso del tiempo perdía la identidad del “otro”,
ese “otro” que representa los miedos y la incomprensión
para ser simplemente Muhamad, el novio de Hanit. Al poco tiempo Hanit
quedó embarazada.
Pero Muhamad corría peligro. Para no exponer a Hanit y a sus padres
volvió a su pueblo en el campo de refugiados de Anata. Hanit no
lo dudó: huyó con Muhamad a Anata y se convirtió
al Islam para poder vivir en el pueblo con su novio.
Cuenta Salim, un vecino de Anata: “Días atrás, varios
pobladores de Anata se acercaron a Muhamad para explicarle que su compañera
o esposa era persona no grata”, “En la noche del martes al
miércoles, una multitud rodeó la casa y querían linchar
a Hanit” recordó el vecino. El mismo Salim, que simpatizaba
con la joven pareja, y ante la inminencia del fatal desenlace, pide la
intervención de la milicia palestina y el ejercito israelí.
En conjunto evitaron la tragedia, pero no la separación. Dice la
nota: “Ahora la muchacha ha vuelto a vivir en Tel Aviv con su familia.
Pero su marido no puede ingresar en Israel. ¿Qué sucederá
el día que nazca el niño de Muhamad y Hanit?, preguntó
el corresponsal a un funcionario israelí. “Cuando nazca,
ya encontraremos la forma para permitir al padre abrazar al niño”
aseguró. El encuentro será breve. El futuro de la pareja
como tal es un enigma con forma de tragedia, impedidos de vivir juntos
por la violencia de Oriente Medio.”
Esta historia ganó la atención de un corresponsal que por
un momento desvió su mirada del conflicto político - militar
y encontró una pincelada de humanidad que consideró importante
compartir. Un rasgo de amor épico y trasgresor.
Es maravilloso ver que aún en los momentos de mayor dramatismo
y dolor, en el terreno abonado por el odio, pueden crecer expresiones
de Amor, verdaderos cantos a la vida. Dos seres que en su sueño
imaginan la posibilidad de crear un mañana y mucho más.
Ellos no dudan en poner sus cuerpos ante la lógica de la guerra
que los mira con desprecio, traspasando la barrera infranqueable de quienes
no admiten que es posible superar la mirada torva y desconfiada.
Esta relación, de profundo amor, que seguramente generó
simpatías en algunos, aunque no las suficientes como para que se
les permita salir del control y vivir en libertad, es una demostración
de que es posible la Paz de los Pueblos. Seguramente llevará generaciones
conseguirlo. Pero, inexorablemente, será una realidad.
En este caso, es la población de un campo de refugiados que se
une para linchar a una mujer. No importó que haya renunciado a
su fe religiosa ni tampoco que viviera entre ellos compartiendo los mismos
riesgos. Tampoco sirvió que tuviera en su vientre una criatura,
símbolo de la unión y la esperanza: la turba enardecida
solo quería matar en ella todos los dolores sufridos y llevar adelante
todas las venganzas.
Esta vez fueron los milicianos de uno y otro lado que con la fuerza de
las armas salvaron las vidas de dos enamorados. Solamente sus vidas.
Pero la violencia busca la destrucción de los mejores, profundiza
la diferencia, pero nunca es suficiente como para parar la guerra. La
vida David Diego Ladowski nos toca más directamente ya que él
era argentino, judío e israelí:
Era un pacifista con convicciones.
(*3)
“Estamos destrozados” es lo único que atina a decir
por teléfono Sara Ladowski, sobre la muerte de su sobrino, DAVID
DIEGO LADOWSKI, el argentino que el miércoles fue una de las víctimas
del atentado terrorista en la Universidad Hebrea de Jerusalén.
Así comienza el perfil que la periodista traza sobre David y continúa
contando que él emigro en el año 1992 y con solo 18 años
se formó estudiando y trabajando, estaba próximo a lograr
el final de su carrera en el Ministerio de Relaciones Exteriores israelí
cuando:
“Hasta el miércoles, David vivía con un amigo en un
departamento en Jerusalén. Ese día, por la mañana,
partió hacia la Universidad para rendir su último examen.
Era el trabajo practico final, el último escalón para conseguir
su esperado master en Administración Pública.
Un muchacho de casi treinta años, comprometido con sus sueños,
trabajando y estudiando, positivo en su visión de la realidad pero
que no ignora donde está parado. Cuentan quienes lo conocieron
que no solamente era apoyo para sus amigos, sino también para sus
familiares, quienes siguieron sus pasos y se radicaron en Israel. Con
su objetivo a la vista, ser vicejefe de la Embajada de Israel en Perú,
luego de terminar su trabajo práctico, fue sorprendido por la violencia
de quienes eligen como objetivo de sus atentados matar el proceso de Paz,
aún en los ámbitos en que también matan a sus compatriotas,
ya que ese comedor es utilizado por árabes que trabajan en Israel.
Cuenta el compañero de DAVID:
“En los dos años que vivieron juntos, el tema de la guerra
y los atentados terroristas formaban parte de sus conversaciones. “Todos
sabemos que es algo cotidiano, es la realidad que nos toca vivir”,
explica. Y cuenta que hace unos diez días hubo un atentado a 200
metros de la casa. En ese momento nosotros estábamos en el departamento.
Los amigos hablaban de la guerra. “Era un pacifista con convicciones.
Estaba esperanzado en que esta situación iba a terminar”,
recuerda su amigo.”
Poco después de la una y media de la tarde de anteayer, mientras
unas cien personas almorzaban en la cafetería “Frank Sinatra”
de la Universidad Hebrea de Jerusalén, estalló una bomba,
aparentemente escondida en el local.
En el atentado murieron siete personas; David Diego Ladowski integra esa
lista.
Todos los atentados que se dan en estos últimos meses eligen objetivos
civiles. La consigna “cuanto peor, mejor” pareciera ser el
fundamento que los motoriza. El fin es claro: separar a los Pueblos, dejarlos
sin salida en la dinámica de la escalada de violencia, matar los
argumentos de quienes luchan por la Paz.
Mensaje de un sobreviviente
Por Mario Sznajder
Queridos amigos: el miércoles al mediodía fue detonada
una bomba de alta potencia en la cafetería del Centro de Estudiantes
de la Universidad Hebrea de Jerusalén. Tuvimos 7 muertos y 84 heridos.
No quiero hablar de las victimas inocentes pues las hay de ambas partes.
Desgraciadamente, en este conflicto son los inocentes quienes pagan los
más altos precios mientras que muchos de los directamente responsables
– insisto, en ambas partes- siguen conduciendo sus políticas
que no llevan más que a la muerte y la destrucción.
Quiero acentuar un punto que me parece central a todo esto. El ataque
del miércoles es especialmente un acto de barbarie, no solo por
las víctimas, sino por ser un ataque a los valores que representa
la Universidad Hebrea de Jerusalén. Este centro académico
ha sido desde su fundación, una roca de humanismo, racionalidad,
dialogo sin distinciones y tolerancia. Aquí trabajamos y estudiamos
gente de todo credo, etnia, nacionalidad y religión, conviviendo
día a día. Muchos han dedicado sus vidas a la causa de la
paz árabe- israelí, a la resolución del conflicto
del Medio Oriente y también a la defensa de los derechos humanos
y civiles de todas las partes –también de los palestinos-.
El mismo atentado lo prueba: parte de los heridos son estudiantes árabes,
cuyo único crimen fue querer almorzar. Atacar el corazón
de la Universidad Hebrea de Jerusalén para herir y matar a sus
estudiantes, empleados y profesores significa atacar los valores que ésta
representa. El ataque terrorista del miércoles fue un acto de barbarie
que demuestra de nuevo que quien lo perpetró, más allá
de la venganza que pretende lograr contra Israel, intenta destruir lo
que queda del campo pro-paz en Israel. Creo que toda persona digna no
puede dejar de tomar posición frente a este acto de barbarie y
manifestarla públicamente. Espero que ustedes también lo
hagan y apoyen a la Universidad Hebrea de Jerusalén y los valores,
que pese a todo, seguirá representando. Un abrazo.
El autor es cientista político, escritor, profesor
en la Universidad Hebrea de Jerusalén.
En las imágenes que se transmitieron al mundo, luego del atentado,
se podía ver a personas de distintas etnias y nacionalidades: árabes
e israelíes, todos víctimas. Una vez más, para el
terrorista es importante bloquear cualquier centro de diálogo.
La respuesta inmediata del gobierno Israelí fue mandar los Bulldozer
(palas mecánicas) a demoler los campamentos de refugiados, cerrar
el cerco de ingreso a las ciudades israelíes, que son fuente de
trabajo para la mayoría de la población árabe- palestina.
En la lógica de la guerra no hay muchas respuestas posibles. Es
un mecanismo perverso mantener siempre la violencia como única
salida, desprestigiar el diálogo, tornarlo inútil. Aún
así, hay personas que se comprometen con la única forma
de seguridad permanente: la Paz. Los pueblos estarán a resguardo
de la violencia si imponen a los gobernantes la voluntad irrestricta de
conseguir la Paz. No existe la posibilidad de que la Paz llegue por la
supremacía de las armas. SIEMPRE quedará el recurso del
atentado solitario, el crimen selectivo. Pero en un contexto de Paz, esas
cuestiones serían tratadas como crímenes que deberá
resolver la Justicia y no hechos que sirvan de excusa para poner en marcha
la maquinaría militar.
Los medios de comunicación se ocuparon de mostrar el atentado
sin informar con profundidad sobre las actividades que se desarrollan
en la Universidad Hebrea de Jerusalén. Tal vez, si lo hubieran
hecho, quedaría en claro que el objetivo primero es destruir los
caminos de diálogo que conducen a la Paz.
Para terminar, una historia, que concluye con la fuerza
incontestable de quienes superan en si mismos la frontera del dolor y
los convierten en lucha y esperanza, ofreciendo a muchos otros la posibilidad
de cambiar odio en AMOR, tal es lo que hacen dos padres que sobre la perdida
de sus hijos construyen un camino de reconciliación. (*4)
“Mi hija fue asesinada por un suicida palestino, pero la ocupación
israelí es la verdadera culpable de su muerte” dice con pausado
tono RAMI ELHANAN, un diseñador grafico israelí que hace
cinco años tocó el fondo del dolor cuando su hija SMADAR,
de solo 13 años murió por un doble atentado suicida perpetrado
en Jerusalén: “Eran las 3 de la tarde y regresaba de su primer
día de escuela. Estaba comprando libros con dos de sus mejores
amigos. Para escapar de la primera bomba, huyeron en el camino del segundo
terrorista que se detonó segundos después. SMADAR murió
al instante, al igual que uno de sus amigos. El otro estuvo en coma seis
meses y quedó con secuelas para toda la vida”, recuerda ELHANAN
mirando la foto de su hija.
En la ocupada ciudad de Ramallah, invadida desde hace meses por fuerzas
israelíes, el novelista y presidente de la Unión de Escritores
Palestinos, IZZAT GAZZAWI, relata con voz grave la muerte de su hijo:
“RAMY fue asesinado por soldados israelíes en 1993. Tenia
17 años y estaba en la entrada de la escuela. Un grupo de colonos
acusó a los chicos de haberles tirado piedras, vino el ejército
y ellos se refugiaron en el colegio. Mi hijo estaba ayudando a otro compañero
que había recibido un tiro en la pierna. En ese momento un colono
le disparó un tiro al corazón. Se desangró durante
25 minutos mientras los soldados se negaban a permitir que lo llevaran
al hospital. Créame, esa es la peor parte de esta historia, porque
uno como padre siempre piensa que podría haber tenido una chance
de salvarse. Era un chico muy pacifico, que hubiera seguido mis pasos
y se hubiera dedicado a la literatura. Pero estuvo en el lugar equivocado,
en el momento equivocado... La muerte de mi hijo me cambió la vida
pero al mismo tiempo me dio fuerza para trabajar por la Paz”
Estos dos padres forman parte de un grupo de ciudadanos árabes
e israelíes que trabajan por la Paz. Fueron galardonados por el
Parlamento Europeo con el premio Sakharov a la libertad de expresión.
Fuera de Medio Oriente sus voces son escuchadas.
Ellos dicen; “Es sólo una cuestión de tiempo y de
cuántas más vidas se va a cobrar. Puede llevar un año,
diez o quinientos, como en Irlanda, pero creo que vamos a tener paz en
el preciso momento en que el precio de no tener paz exceda el de tenerla.”
Son historias que nos muestran retazos del alma humana sometida a la experiencia
de un conflicto prolongado y doloroso. Este desafío no involucra
solamente a palestinos e israelíes: los trasciende al punto que
la propagación y amplificación del conflicto puede derivar
en una guerra de características inusitadas.
Hoy, al finalizar estas líneas, los mísiles ya están
desplegados en la fronteras de Israel. Otra vez las máscaras de
gas son distribuidas. Hubo otro atentado suicida en Israel y los tanques
arrasan Gaza.
Me podría remontar a tiempos bíblicos en busca de la raíz
de esta lucha. Algunos haciendo una interpretación literal del
Antiguo Testamento podrán justificar porque uno u otro pueblo debe
desaparecer de ese territorio. Pero la realidad hace que esto sea imposible:
ambos pueblos habitan un espacio que desde la óptica de la intolerancia
es sumamente estrecho. Pero a su vez, están encerrados en un dilema
que solo entre ellos deberán resolver. No hay escapatoria en este
laberinto de muerte y dolor.
Tal vez, sólo tal vez, la salida sea una sola: por arriba, allí
donde habitan las virtudes humanas más altas. Aquellas a las que
solamente se accede trascendiendo la visión perentoria de los hombres
sin fe. Hay un mensaje que apela a las herramientas que Profetas de todas
la religiones pusieron al alcance del entendimiento humano. Esas herramientas
pueden ser empuñadas para la Paz o como argumentos para la guerra.
En Jerusalén están los símbolos, en Jerusalén
todos los días miles de personas se postran a orar. Tamaña
contradicción debería llamarnos la atención: el mayor
centro religioso del planeta es, a su vez, una fuente de conflicto y dolor
casi perpetuo.
Nada es casual, más allá de las historias de vida
y muerte de los pueblos, algunos juegan el ajedrez fatal.
¿Es cruel plantear que la situación de conflicto permanente
entre los pueblos de Israel y Palestina está provocada por intereses
económicos? Es un factor que no se puede ignorar. La atención,
privilegiada, que le brinda Estados Unidos a Israel no es gratuita: seguramente,
entre ambos gobiernos existen razones que jamás saldrán
a la luz.
Vivimos tiempos de guerra planetaria. Y ello suma mayor dramatismo a la
urgencia por conseguir la Paz entre Israel y Palestina. Es tentador para
los bandos en pugna iniciar un conflicto a gran escala en un lugar de
conflicto constante. Ya se dio a publicidad que Israel cuenta con armamento
nuclear. Y que los países árabes están tensando sus
músculos y dan muestras de que no están dispuestos a asistir
calladamente a una nueva aventura de USA para apoderarse del petróleo
y del control del tráfico en la zona.
Europa, Rusia, China y Japón se muestran escépticos. Levantan
la voz previniendo al gobierno de Estados Unidos de que no serán
cómplices. Tampoco van a tolerar una acción unilateral en
contra de Irak.
El 7 de Septiembre de 2002, luego del ataque aéreo llevado adelante
por aviones americanos y británicos, el barril de petróleo
alcanzó los 30 dólares. Las consultas entre George Bush
y el presidente ruso Putin no llevaron tranquilidad a los oídos
del presidente americano. Al contrario, tensión es lo que se percibe
de parte de los rusos.
Mientras tanto, el Congreso de USA le advierte a su presidente que no
puede llevar adelante acciones de guerra sin consulta previa. A todas
estas voces, el gobierno americano responde con el argumento del liderazgo
mundial: “Cuando un líder toma decisiones solamente se lo
acompaña”, dijo Dick Cheney , vicepresidente de Estados Unidos.
La Paz de los Pueblos.
Hoy es lejana la posibilidad de construir el diálogo. Hoy, aquellos
que trabajan por conseguir la Paz han visto aumentado el sacrificio. Hoy,
a algunos el desánimo los abarca, pero hacia ellos van estas palabras
y oraciones, para que aún bajo el rugido de la violencia sientan
que no están solos. Que tengan la seguridad que en cada rincón
del planeta existen personas que a pesar de la distancia se ponen en su
lugar y los acompañan en esta loca aventura de marchar contra la
corriente. En medio de la mayor desesperación puede surgir con
fuerza ese rasgo único de superación humana, tal vez en
un futuro no muy lejano, se haga oír el grito desgarrador de millones
de personas que le digan BASTA a esta masacre de inocentes que ni siquiera
son contabilizados en la ecuación de pérdidas y ganancias,
solo son clasificados como “perdidas casuales” y no tienen
el homenaje a la víctima desconocida, ni derecho al duelo.
Pero a pesar de todo, el hecho de que aún existan aquellos que
ponen el cuerpo en el engranaje, y que cada vez son más los que
trabajan por conseguir la Paz de los Pueblos, hace concreta la posibilidad
de concebir la consigna OTRO MUNDO MEJOR ES POSIBLE, depende de todos
el hacerlo realidad ¡YA!. Por Amana, por Ofir, por Hanit, por Muhamad,
por David, por Smadar, por Ramy, por todos los desconocidos con historia
que se murieron ayer y se mueren hoy en Medio Oriente.
ANGEL FERNÁNDEZ SCHEJTMAN
(*1)En un artículo del diario Clarín
del 19/03/2000.
(*2)“La trágica historia de
amor entre una israelí y un palestino” La relación
entre HANIT y MUHAMAD durante el conflicto de Oriente Medio. Clarín
– Viernes 16 de marzo de 2002 – Por SHLOMO SLUTZKY
(*3) Articulo del diario Clarín 2/08/02
– pag. 25 La Violencia en Oriente Medio por Alejandra Pataro.
(*4)Revista “Veintitrés”
del jueves 1 de Agosto de 2002 . “Nuestros Hijos son carne de
cañón” Por Walter Goobar desde Jerusalén
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